Mirando por la ventana de aquel vagón me doy cuenta por primera vez lo grande que es el mundo, y lo imposible que es llegar a conocer hasta la ultima piedra de esté.
Me sentía sola, con ganas de llorar, ni siquiera las luces de aquel túnel me consolaban. Trataba de esquivar miradas, que me llamaban a no olvidar que había alguien más ahí.
La música me ayudaba a ratos para poder escapar de todo el mundo, de todos los sueños y miedos que me invadían en aquel momento de incomodidad y de éxtasis.
Trate de capturar cada mirada de aquel vagón, creí poder saber con exactitud que era lo que sucedía tras esos cientos de ojos, pero, sin embargo, mis preocupaciones eran mayores, una y otra vez hacia rodar mi cabeza por la ventanilla de aquella puerta tratando de desenredar mis propios pensamientos. Al llegar a la estación camine durante varias cuadras como un alma sonámbula, tratando de cuadrar algo que nunca supe que era. La gente chocaba con mis hombros… me miraba como si yo tuviera algo que ver con sus vidas sin sentido…cansada de todo esto decidí volver a casa para poder creer que todo había terminado.